Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), droga es toda sustancia
que introducida en un organismo vivo por cualquier vía (inhalación, ingestión,
intramuscular, endovenosa), es capaz de actuar sobre el sistema nervioso
central, provocando una alteración física y/o psicológica, la experimentación
de nuevas sensaciones o la modificación de un estado psíquico, es decir, capaz
de cambiar el comportamiento de la persona, y que posee la capacidad de generar
dependencia y tolerancia en sus consumidores.
El concepto
de droga entonces se refiere a que la modificación puede ser perjudicial o
beneficiosa para el ser vivo, y que depende del tiempo de administración y de
la dosis y de las características del propio ser.
Para que una
droga sea considerada como tal ha de cumplir las siguientes condiciones:
§ Ser sustancias
que introducidas en un organismo vivo son capaces de alterar o modificar una o
varias funciones psíquicas de éste (carácter psicoactivo).
§ Inducen a las
personas que las toman a repetir su autoadministración por el placer que
generan.
§ El cese en su
consumo puede dar lugar a un gran malestar somático o psíquico (dependencia
física o psicológica).
§ No tienen ninguna
aplicación médica y si la tienen, pueden utilizarse con fines no terapéuticos.
La dependencia física está muy asociada a la tolerancia. Es el proceso que se da, por ejemplo, con el alcohol. En los primeros consumos afecta notablemente aún a dosis muy bajas. Sin embargo, si el consumo se hace habitual, el organismo se va adaptando al tóxico como medida de protección.
Cuando un drogodependiente abandona el consumo, su tolerancia disminuye. Si pasado un tiempo reanuda el consumo en las dosis anteriores, padecerá una intoxicación aguda que, dependiendo del tipo de droga de que se trate, puede llevarle al coma e incluso a la muerte. Así se explica buena parte de las muertes por sobredosis en sujetos dependientes de la heroína.
♦ Dependencia psíquica: Sentimiento de satisfacción y un impulso psíquico que requiere la administración regular de la droga para producir placer o evitar el malestar. La privación de la droga provoca malestar, ansiedad, irritabilidad, tristeza, trastorno depresivo, etc. Una vez que cesas el consumo puedes tardar en adaptarte a una nueva vida sin la sustancia. Esta interrupción deja un vacío y permite la reaparición del malestar que el consumo trataba de cubrir. Esto explica en gran medida las recaídas, que forman parte del lento proceso que permite consolidar una vida sin drogas.
La dependencia psíquica suele ser el mayor problema para superar una adicción.
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